Después de haber pasado un año lejos de todo lo que regulaba mi vida cotidiana, es el momento en el que hacemos el balance de lo bueno y lo malo. A la pregunta: ¿qué llevaría en mi maleta? Contestaría: ¡Todo! Porque para mí las buenas como las malas experiencias te servirán durante todo tu camino, entonces cada experiencia la llevo conmigo, lo que conlleva una enorme cantidad de recuerdos y de imágenes inolvidables. Esta experiencia me ha cambiado la vida para siempre. Veo las cosas de forma diferente y contemplo un futuro más bonito. Claro que dejo miles de cosas aquí, de las cuales no quiero separarme, pero me alejé de la vida real, de mi vida en París, de los que más quiero y ahora es el momento para juntarnos todos de nuevo. Se van conmigo la cultura española, el olor de la ciudad y la gente tan amable. Se quedan en mi corazón, todos mis amigos locales o extranjeros y mis compañeros de piso, los lugares que me aportaron tanta euforia, risa e hilaridad. Quito las lágrimas de tristeza y me quedo las de alegría. Pase lo que pase, “no hay camino que no tenga fin”, mejor estar contenta por lo que he vivido por haber tenido la oportunidad de experimentarlo en vez de arrepentirme por dejar lo que era “mi otra vida”.
No te olvidaré Barcelona, eso nunca. Pero te dejo para volver a lo que dejé hace ya un año. No te preocupes, volveré.
Stay tuned….
Oooh... es horrible que el tiempo aquí ya se acaba, no?? Me alegro de haberte conocido!! Un besito
ResponderEliminarTambién, ¡un gusto conocerte! No puedo creer que ya se ha acabado todo. Pero como dices tu, ¡volveremos! ¡Y no dudo que tu volvieres para las fiestas gratuitas! jeje
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