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lunes, 29 de abril de 2013

Sant Jordi en el barrio de Gracia

La fábula de Sant Jordi cuenta que en Montblanc vivía un dragón colosal que aterrorizaba  a toda la población y que causaba estragos entre el ganado. Además de haber sacrificado todos los animales del pueblo para mantenerlo apartado de la ciudad, se sacrificaba también a una persona escogida por sorteo. Un día una mano inocente escogió a la princesa del reino. La joven salió de la ciudad y se dirigió hacia su triste destino. Pero, en aquel momento, apareció un bello caballero con armadura que se enfrentó al dragón y lo mató. La tradición añade que de la sangre derramada nació un rosal de flores rojas y que el caballero obsequió con una rosa a la princesa. Es así como nació la tradición: hoy los hombres dispensan una rosa, de igual modo que el bello caballero, a las mujeres que aman.
En este día de Sant Jordi, salí a pasear por las calles del barrio de Gracia. Había una marabunta humana, todo el mundo había invadido las calles.  En lo que concierne al ambiente, era muy animado. Era poco común no tener una rosa en la mano. Los estantes de libros generaban atascos humanos y una larga espera.


El Programa



Emanaba un buen aroma en algunas calles que estaban abarrotadas por estantes de libros y rosas ornamentados, como lo pide la historia de la región, con una bandera catalana.


En cuanto a la librería Roquer en Passeig de Gracia había un montón de gente.


FIN

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